En mi casa somos fans del queso (del tipo que sea y cuanto mas fuertes mejor) pero no se porque nunca se me había ocurrido hacer croquetas de queso, así que pensé que este era un buen momento para probar. Y para darle un toque diferente y contrarrestar el sabor fuerte del queso, que mejor que algo dulce, por eso decidí en el último momento añadirle mermelada de tomate (cosa de la que también somos fans en casa, jejeje)
Como siempre es muy fácil de hacer, no tiene ninguna complicación, así que sin mas os dejo con la receta.
Ingredientes:
- 70gr de queso Camembert
- 50gr de Roquefort
- Leche, harina y aceite de girasol o mantequilla (para la bechamel)
- 1 huevo
- mermelada de tomate
- pan rallado
- Lo primero es hacer la bechamel. En un cazo calentamos el aceite (o mantequilla) y le añadimos tres cucharadas de harina. Sofreímos bien la harina y le vamos añadiendo la leche poco a poco sin dejar de mover. Sazonamos al gusto (aunque yo recomiendo no añadir demasiada sal ya que el roquefort tiene mucho sabor)
- Vamos añadiendo a la bechamel los quesos cortados en trozos pequeñitos para que se fundan rápido y se mezclen. Echamos nuestra masa en un plato o bandeja, la estiramos y la dejamos enfriar. Cuando se haya enfriado la meteremos al frigorífico toda la noche. (Yo suelo tapar la masa con papel film para que la parte superior no se reseque)
- Y llegó el momento! Sacamos la masa (un par de horas antes de que la vayamos a usar para que se atempere) y vamos haciendo bolitas, las pasamos por huevo batido y pan rayado y freímos.
- Cuando tengamos todas nuestras croquetas fritas, las dejaremos enfriar un poco y escurrir en un papel absorvente. Después, con una jeringuilla cogemos la mermelada de tomate y se la "inyectamos" poco a poco a nuestras croquetas. Este no es un paso difícil pero hay que haberlo con calma para que no se nos rompan demasiado ni se deformen.
Espero que os haya gustado y que las probéis.
Hasta la próxima!!! <333
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